Los santos es comparable en tamaño a El reino I. Es casi imposible que un solo grupo controle un territorio tan grande y, sin embargo, Los santos se mantiene unido gracias a su peculiar sistema de gobierno. Mientras que en los demás bloques domina un modelo dictatorial en donde, incluso, se formaliza con mayor frecuencia la existencia de policías secretas y desapariciones forzosas, en Los santos opera una democracia indirecta y masculina. Los líderes de cada subsección, 17 en total, deben ser mayores de 40 años y sólo los hombres tienen derecho a votar en las asambleas. En este sistema, además, está permitida la existencia de esclavos, la pena de muerte y, por último, el asesinato ritual del líder en turno al final de su periodo de gobierno, que se ha previsto para que dure 15 años.

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Las asambleas masculinas se reúnen cada mes, discuten los temas importantes y cada líder lleva estos acuerdos a la junta central, en la que el líder elegido por una votación indirecta tiene un voto de calidad para decidir las acciones más pertinentes.  Cada asamblea lleva el nombre de un Santo aunque en este caso las implicaciones religiosas no importan tanto como las territoriales, pues las asambleas siguen una división cercana a aquella previa de los barrios, a su vez organizados alrededor de una parroquia. El centro de gobierno se encuentra en Ciudad Universitaria; existe otro gran centro de censo y registro en la colonia Polanco.

Los esclavos provienen a menudo de otros bloques y se ha vuelto costumbre preferir a quienes provienen de El reino II, hombres, mujeres y niños proclives al sufrimiento. Hay leyes estrictas para el trato de los esclavos, a quienes se les corta a rape el cabello y se les enfunda en un sobretodo teñido de azul marino. Existe un registro eficaz de los esclavos que entran a Los santos. Como no existe ninguna ley que contemple su liberación, no se les permite salir.

Por un acuerdo tácito entre los bloques involucrados, sólo en la parte del corredor comercial del eje 8 existe una venta organizada de esclavos. Se ha asumido que los traficantes de esclavos pertenecen a Los santos, pero en realidad se sabe ahora que existe una organización que trasciende las divisiones de la ciudad y que se mantiene en la sombra tanto como le sea posible, pues muchos líderes se oponen a esta práctica, que merma su población e indirectamente, su mano de obra y su recuperación económica.

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Mientras tanto, Los santos aprovechan su sistema de gobierno súper organizado para prosperar –tienen grandes extensiones de cultivos y han utilizado a su favor, desde el principio, a los animales del zoológico para crear manadas y generar un abasto de comida envidiable.

Las fronteras con Los santos son las más protegidas y las más violentas. Los intentos de fuga de los esclavos, sumados a la gran cantidad de saqueadores que entran cada tanto para hacerse de alimentos, provocan enfrentamientos continuos. Se prevé que en muy poco tiempo otros bloques se lancen contra Los santos para reclamar ciudadanos esclavizados y para adueñarse de sus riquezas.